Imprescindible reflexión de sólo una página. Léanlo anodinos besamanos, adocenados y conformistas. Léanlo para que dispongan de "una segunda opinión", tan necesaria en los diagnósticos sociales y democráticos. Quizás no les afecte, tal será su grado de incompetencia, probablemente le de un poco de picor en todo el cuerpo o, por qué no, la reflexión sea más seria y se pregunten, como el escritor, ¿qué se aplaudía? ¿La velocidad de reacción de la casa real? ¿El inusitado lloriqueo de millones de afectados por el síndrome de Estocolmo? ¿Nuestra satisfacción por el aumento de desprestigio del contrario aún a costa de España? ¿Que el rey y su consorte, que no reina (sólo existe un Jefe de Estado), le echó un rapapolvos a su yernísimo duque? ¡No sea tan severo, hombre, que el chico sólo estaba entrenandose un poco...! Gracias, Ramón, la relectura de esta página es muy adecuada para los días que vivimos.
Imprescindible reflexión de sólo una página.
ResponderEliminarLéanlo anodinos besamanos, adocenados y conformistas. Léanlo para que dispongan de "una segunda opinión", tan necesaria en los diagnósticos sociales y democráticos.
Quizás no les afecte, tal será su grado de incompetencia, probablemente le de un poco de picor en todo el cuerpo o, por qué no, la reflexión sea más seria y se pregunten, como el escritor, ¿qué se aplaudía? ¿La velocidad de reacción de la casa real? ¿El inusitado lloriqueo de millones de afectados por el síndrome de Estocolmo? ¿Nuestra satisfacción por el aumento de desprestigio del contrario aún a costa de España? ¿Que el rey y su consorte, que no reina (sólo existe un Jefe de Estado), le echó un rapapolvos a su yernísimo duque?
¡No sea tan severo, hombre, que el chico sólo estaba entrenandose un poco...!
Gracias, Ramón, la relectura de esta página es muy adecuada para los días que vivimos.
Un gran saludo.