domingo, 30 de septiembre de 2012

Sugerencia. Blog recomendado. Veneno y jazmín

Vamos a intentar retomar este blog como lugar de colaboración y publicación para todo aquel que desee un lugar de encuentro. Agradecemos colaboración. GRACIAS.

Sugerencia. Amor América, Pablo Neruda


AMOR AMÉRICA
Antes de la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales,
fueron las cordilleras, en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles:
fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias.

El hombre tierra fue, vasija, párpado
del barro trémulo, forma de la arcilla,
fue cántaro caribe, piedra chibcha,
copa imperial o sílice araucana.
Tierno y sangriento fue, pero en la empuñadura
de su arma de cristal humedecido,
las iniciales de la tierra estaban escritas.

Nadie pudo
recordarlas después: el viento
las olvidó, el idioma del agua
fue enterrado, las claves se perdieron
o se inundaron de silencio o sangre.

No se perdió la vida, hermanos pastorales.
Pero como una rosa salvaje
cayo una gota roja en la espesura
y se apagó una lámpara de tierra.

Yo estoy aquí para contar la historia.
Desde la paz del búfalo
hasta las azotadas arenas
de la tierra final, en las espumas
acumuladas de la luz antártica,
y por las madrigueras despeñadas
de la sombría paz venezolana,
te busqué, padre mío,
joven guerrero de tiniebla y cobre
o tú, planta nupcial, cabellera indomable,
madre caimán, metálica paloma.

Yo, incásico del légamo,
toqué la piedra y dije:
¿Quién me espera? Y apreté la mano
sobre un puñado de cristal vacío.
Pero anduve entre flores zapotecas
y dulce era la luz como un venado,
y era la sombra como un párpado verde.

Tierra mía sin nombre, sin América,
estambre equinoccial, lanza de púrpura,
tu aroma me trepó por las raíces
hasta la copa que bebía, hasta la más delgada
palabra aún no nacida de mi boca.
Pablo Neruda

Sugerencia. No hay ningún amor feliz, Louis Aragon


Sugerencia. Música lenta, Manuel Scorza


lunes, 24 de septiembre de 2012

Sugerencia. Amor América, Pablo Neruda



AMOR AMÉRICA

Antes de la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales,
fueron las cordilleras, en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles:
fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias.

El hombre tierra fue, vasija, párpado
del barro trémulo, forma de la arcilla,
fue cántaro caribe, piedra chibcha,
copa imperial o sílice araucana.
Tierno y sangriento fue, pero en la empuñadura
de su arma de cristal humedecido,
las iniciales de la tierra estaban escritas.

Nadie pudo
recordarlas después: el viento
las olvidó, el idioma del agua
fue enterrado, las claves se perdieron
o se inundaron de silencio o sangre.

No se perdió la vida, hermanos pastorales.
Pero como una rosa salvaje
cayo una gota roja en la espesura
y se apagó una lámpara de tierra.

Yo estoy aquí para contar la historia.
Desde la paz del búfalo
hasta las azotadas arenas
de la tierra final, en las espumas
acumuladas de la luz antártica,
y por las madrigueras despeñadas
de la sombría paz venezolana,
te busqué, padre mío,
joven guerrero de tiniebla y cobre
o tú, planta nupcial, cabellera indomable,
madre caimán, metálica paloma.

Yo, incásico del légamo,
toqué la piedra y dije:
¿Quién me espera? Y apreté la mano
sobre un puñado de cristal vacío.
Pero anduve entre flores zapotecas
y dulce era la luz como un venado,
y era la sombra como un párpado verde.

Tierra mía sin nombre, sin América,
estambre equinoccial, lanza de púrpura,
tu aroma me trepó por las raíces
hasta la copa que bebía, hasta la más delgada
palabra aún no nacida de mi boca.






Pablo Neruda

viernes, 21 de septiembre de 2012

Sugerencia. Esto va a venirse abajo...Almudena Guzmán


Esto va a venirse abajo...


Esto va a venirse abajo
de un momento a otro
y usted lo sabe.
El amor ya no es un templo griego
sino algo parecido a un desastre de líneas
oblicuas que aprisionan todo intento de lluvia.

Y es gris. Tan gris como esta perspectiva de furias
que se nos viene encima.


 Almudena Guzmán

Sugerencia. Esto va a venirse abajo...Almudena Guzmán



Esto va a venirse abajo...


Esto va a venirse abajo
de un momento a otro
y usted lo sabe.
El amor ya no es un templo griego
sino algo parecido a un desastre de líneas
oblicuas que aprisionan todo intento de lluvia.

Y es gris. Tan gris como esta perspectiva de furias
que se nos viene encima.


 Almudena Guzmán

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Sugerencia. La memoria es más frágil que la muerte, José A. Socorro - Noray


Sugerencia. La memoria es más frágil que la muerte, José A. Socorro - Noray


Sugerencia. Vulcano, Andrea BReq


Sugerencia. Hundir los dedos entre sus cabellos...Olvido García Valdés



Hundir los dedos entre sus cabellos...


Hundir los dedos entre sus cabellos
o pájaros jugando,
muy despacio, a caerse de un cable
de la luz,
muy despacio, abanico
de mirlos.
Cerca hay una charca y un árbol
en el centro.
Reverbera la fiebre,
el amarillo hiere sobre el agua.


Olvido García Valdés

Sugerencia. Lluvia, Roberto Bolaño



Lluvia       



Llueve y tú dices es como si las nubes
lloraran. Luego te cubres la boca y apresuras
el paso. ¿Como si esas nubes escuálidas lloraran?
Imposible. Pero entonces, ¿de dónde esa rabia,
esa desesperación que nos ha de llevar a todos al diablo?
La Naturaleza oculta algunos de sus procedimientos
en el Misterio, su hermanastro. Así esta tarde
que consideras similar a una tarde del fin del mundo
más pronto de lo que crees te parecerá tan sólo
una tarde melancólica, una tarde de soledad perdida
en la memoria: el espejo de la Naturaleza. O bien
la olvidarás. Ni la lluvia, ni el llanto, ni tus pasos
que resuenan en el camino del acantilado importan;
Ahora puedes llorar y dejar que tu imagen se diluya
en los parabrisas de los coches estacionados a lo largo
del Paseo Marítimo. Pero no puedes perderte.


Roberto Bolaño        

Sugerencia. Lluvia, Roberto Bolaño



Lluvia



Llueve y tú dices es como si las nubes
lloraran. Luego te cubres la boca y apresuras
el paso. ¿Como si esas nubes escuálidas lloraran?
Imposible. Pero entonces, ¿de dónde esa rabia,
esa desesperación que nos ha de llevar a todos al diablo?
La Naturaleza oculta algunos de sus procedimientos
en el Misterio, su hermanastro. Así esta tarde
que consideras similar a una tarde del fin del mundo
más pronto de lo que crees te parecerá tan sólo
una tarde melancólica, una tarde de soledad perdida
en la memoria: el espejo de la Naturaleza. O bien
la olvidarás. Ni la lluvia, ni el llanto, ni tus pasos
que resuenan en el camino del acantilado importan;
Ahora puedes llorar y dejar que tu imagen se diluya
en los parabrisas de los coches estacionados a lo largo
del Paseo Marítimo. Pero no puedes perderte.


Roberto Bolaño

Sugerencia. Alocución pagana, Francisco Brines


Alocución pagana


¿Es que, acaso, estimáis que por creer
en la inmortalidad,
os tendrá que ser dada?
Es obra de la fe, del egoísmo
o la desolación.
Y si existe, no importa no haber creído en ella:
respuestas ignorantes son todas las humanas
si a la muerte interroga.

Seguid con vuestros ritos fastuosos, ofrendas a los dioses,

o grandes monumentos funerarios,
las cálidas plegarias, vuestra esperanza ciega.
O aceptad el vacío que vendrá,
en donde ni siquiera soplará un viento estéril.
Lo que habrá de venir será de todos,
pues no hay merecimiento en el nacer
y nada justifica nuestra muerte.
 


Francisco Brines,
"Aún no" 1971

Sugerencia. El adiós, Guillaume Apollinaire


El adiós


Recogí esta brizna en la nieve
Recuerda aquel otoño
En breve
No nos veremos más
Yo muero
Olor del tiempo brizna leve
Recuerda siempre que te espero


                                 Guillaume Apollinaire

Sugerencia. Corazón partidario, Carlos Bousoño



Corazón partidario

Mi corazón, lo sabes,
no está con el que triunfa o que lo espera, con el juramento mercader
que acecha el buen provecho,
se agazapa, salta sobre la utilidad, que es su querida,

busca ganancia en el abrazo,
obtiene renta de las mariposas y pone rédito a la luz,
cobra recibo por los amaneceres milagrosos,
por cambiante gracia del color
de una invisible rosa apresurada,
dulce y apresurada
como si fuese un hombre o una llama
o una felicidad humana: sí.

Mi corazón no está con el hombre que sabe
de la verdad todo lo necesario
para olvidar el resto de ella,
satisfecho del viento, poderoso del humo, canciller de la niebla,
rey acaso, pero nunca de sí.

Carlos Bousoño

Sugerencia. Corazón partidario, Carlos Bousoño



Corazón partidario



Mi corazón, lo sabes,
no está con el que triunfa o que lo espera, con el juramento mercader
que acecha el buen provecho,
se agazapa, salta sobre la utilidad, que es su querida,

busca ganancia en el abrazo,
obtiene renta de las mariposas y pone rédito a la luz,
cobra recibo por los amaneceres milagrosos,
por cambiante gracia del color
de una invisible rosa apresurada,
dulce y apresurada
como si fuese un hombre o una llama
o una felicidad humana: sí.

Mi corazón no está con el hombre que sabe
de la verdad todo lo necesario
para olvidar el resto de ella,
satisfecho del viento, poderoso del humo, canciller de la niebla,
rey acaso, pero nunca de sí.

Carlos Bousoño

Sugerencia. Aquel calor, Angeles Mora

Aquel calor


Si esta noche la sombra
cayó sobre la sombra,
y el silencio su sello puso
sobre labios ya mudos,
qué puede sorprenderte.

Si aquel calor es una historia antigua

y sus cenizas las esparce el viento.

Qué puede sorprenderte,

si ya tanto llovió sobre mojado. 



Angeles Mora
De "Pensando que el camino iba derecho" 1982

Sugerencia. Carta del suicida, Gonzalo Rojas

Sugerencia. Oda a una extraña muchacha . Carlos Edmundo de Ory


martes, 18 de septiembre de 2012

Sugerencia. Aquel hombre de ojos rojos y chaqueta azul venía... Ana María Moix


Aquel hombre de ojos rojos y chaqueta azul venía...


Aquel hombre de ojos rojos y chaqueta azul venía de muy lejos. Balbuceaba canciones por los parques y solía relatar historias aparentemente sin sentido. Sin embargo, parecía poseer un extraño entendimiento y saber por qué algunos adolescentes lloran al despertar, herido el pecho por el resplandor de la mañana.



 
Ana María Moix 

Sugerencia, Cuchillos en abril, Pere Gimferrer


Sugerencia, Cuchillos en abril, Pere Gimferrer



Cuchillos en abril


Odio a los adolescentes.
Es fácil tenerles piedad.
Hay un clavel que se hiela en sus dientes
y cómo nos miran al llorar.

Pero yo voy mucho más lejos.

En su mirada un jardín distingo.
La luz escupe en los azulejos
el arpa rota del instinto.

Violentamente me acorrala

esta pasión de soledad
que los cuerpos jóvenes tala
y quema luego en un solo haz.

¿Habré de ser, pues, como éstos?

(La vida se detiene aquí)
Llamea un sauce en el silencio.
Valía la pena ser feliz.


                              Pere Gimferrer