Sí, Ramón, cada día pareciese que a los seres humanos nos gusta más vivir en la podredumbre de un entorno contaminado. Lo hemos provocado con nuestra avaricia, soberbia y sin fijarnos en quién es el dueño de una naturaleza que a todos prtenece. Ni pensamientos propios ni personalidad son suficientes para reparar el daño producido.
Sí, Ramón, cada día pareciese que a los seres humanos nos gusta más vivir en la podredumbre de un entorno contaminado. Lo hemos provocado con nuestra avaricia, soberbia y sin fijarnos en quién es el dueño de una naturaleza que a todos prtenece.
ResponderEliminarNi pensamientos propios ni personalidad son suficientes para reparar el daño producido.
Un abrazo, amigo Ramón.