Perdices en el campanario
No quiero palomas,
no veo las gaviotas.
El metal repica silencio,
garganta árida en el mar de los ojos,
olas con espuma de barro
arrastran mi cuerpo de piedra.
¿Qué te anuncia su voz?
Despacio y gritando,
bastan unas palabras
y la sigues con los párpados reposados.
Hoy se estremecen las perdices en el campanario.
No te nombro
no puedo.
Prestame un ratito tu bálsamo
para esta herida que no sangra.
Te plantaré albahaca entre jazmines,
me vestirás mayo de violetas,
cogeremos mandarinas en los limoneros,
cantaré nanas a los sapos,
trillarás y aventarás mis miedos.
No te nombro
no puedo.
Hoy se estremecen las perdices en el campanario.
Mela